Déjame escapar


Déjame escapar, dejame escabullirme como agua por las grietas de mi corazón. Te pido clemencia, te pido que me dejes olvidar y me dejes regalarle al olvido todo ese silencio de mar profundo; mar de sangre que recorre mi cuerpo a cada instante, a cada maldito instante y no me deja morir. Tu recuerdo no me deja morir porque tu recuerdo de mi se fortalece y mis recuerdos se fortalecen de mi angustia.

Quisiera poder decir que te he olvidado, que he dejado todos esos recuerdos ocultos e invisibles a mi mente; pero no puedo, no se como hacerlo y no hay nadie que me diga como hacerlo. Cada vez son más fuertes en mi interior y mi interior más vacío.

Pero lo más maldito de todo, es que esa ilusión que me mantiene espectante siempre, es quizás solo un invento de mi corazón para no morir de angustia, para seguir pensando en ese momento, en ese preciso momento en que te encuentres frente a mi, con lágrimas de sal en tus ojos y diciendo te amo; palabra que no pude decir a nadie más, desde que te fuiste.

Déjame escapar. O quizás no lo desee tanto.

Foto: blogs.cope.es