Sueño de otoño

He soñado contigo nuevamente. Es tremenda esa sensación de verte, tocarte, sentirte a mi lado y luego despertar mirando el techo de mi habitación. Es realmente feo.

Pero el sueño es como un instante de fe. Un instante extremadamente feliz. Ese instante que me hace seguir creyendo en la vida. Creyendo en que algún día ese sueño puede hacerse realidad.

No se donde fue, aunque parecía un lugar campestres, con una arboleda. Tampoco en que tiempo. Solo sé que yo me alejaba de mi mujer (que nunca vi en el sueño pero que sabía estaba ahí) y me apoyaba pensativo en el marco de una puerta. Entonces te acercabas lentamente, como si buscaras otra cosa y me hablabas. Me preguntabas que hacía.

Y en ese preciso momento (y como saben, pasa en los sueños) nos abrazabamos y mirábamos fijamente a los ojos. Nos decíamos que queríamos terminar nuestras vidas juntos. Casi al mismo tiempo decíamos lo mismo... y nos besábamos.

Esto de "terminar nuestra vida juntos" es seguramente creación de mi inconciente, ya que muchas veces pensé en lo mismo: terminar mi vida junto a tu persona. No importa a que edad, no importa el momento ni la circunstancia. Lo importante es terminar nuestras vidas juntos. Que bello sueño.

Inmediatamente después, de hacer mis tareas matinales, sentí la necesidad de escribirlo. De plasmarlo para siempre en este escrito. Es por ello que debo finalizar diciendo que TE AMO y que no podré ni quiero sacar ese sentimiento de mi corazón.

Foto: elespiritudelchemin.wordpress.com

Sueño de verano

Anoche soñé con vos. Fue como si ese sueño que rondaba mi mente todo el tiempo, se hiciera de repente una hermosa realidad.

Tú estabas en tu departamento con tu mejor amiga. Yo de repente entraba como si lo hiciera habitualmente, quizás presagiando lo que quisiera pasara todos los días.

Entonces subí al ascensor y te llamé para hablar. Fue todo muy raro, muy cargado de palpitaciones, pero como casi siempre pasa en los sueños, de un momento para otro, como salteando imágenes, fue como si hubiésemos hablado todo; como si nos hubiésemos dicho en un par de segundos, ocho años de pensamientos. Ocho años sin vernos. Ocho años de letargo.

Luego en ese salto de imágenes, aparecimos en una habitación (de tu departamento seguramente) y como en un bello sueño paralelo, intentamos hacer el amor. Pero claro, en ese preciso momento fuimos interrumpidos por alguien que no se quien era, pero parecía un familiar tuyo. Comenzamos a reir y a tratar de salir de esa situación, aunque sentíamos que esa realidad estaba asumida y nada importaba.

Después, la escena del reproche. La escena menos atractiva o menos emocionante de este sueño: el momento en que todo el mundo sabe de lo nuestro y donde todo el mundo me reprocha. Lo que más recuerdo es un instante en donde les digo a todos que “el amor es así, es lo que siento, es duro pero es así. No la quiero más (hablando de mi actual pareja). Quiero estar con ella" (vos por supuesto).

En otra escena, paralela y distinta por supuesto, como en todo sueño, alguien que no recuerdo quien era, reprochaba una situación que no viene al caso pero que no fue real por supuesto. Quizás es parte de esas situaciones que inventa el inconciente en los sueños, para demostrar la parte fea de algo que uno siente y quisiera hacer pero no se anima.

Y en ese preciso momento todo se desvanece. Todo queda en lo que fue: un hermoso sueño. Ese que pienso casi todos los días. Ese que quisiera para mi vida y que solo Dios sabe si podré concretar algún día o solo lo llevaré en mi mente y en mi alma por el resto de mis días.

Foto: desdemivenadotuerto.blogspot.com