La vida en el espejo

Cuando te ves extasiado por la gran cantidad de cosas por hacer, cuando te das cuenta que tu rutina es trabajar y volver a casa para ver a tu mujer y a tu niño, es que ya eres viejo.

Pero en el preciso instante en que te miras al espejo del baño, llevando las manos mojadas a tus mejillas ardientes y te concentras en tu rostro, te das cuenta que eres joven, que la vida está justo ahí en frente de tu cuerpo, esperandote, esperando que la empujes, que la hagas tuya, tal como lo hiciste con ese primer amor, tal como lo haces con tu bebé cuando te mira fijamente esbozando una sonrisa, esa que estremece tu corazón.

Parpadeas y te das cuenta que no eres viejo, que eres demasiado joven, que tu corazón aún palpita como lo hacía en tu juventud, en tu bella, armonica y vigorosa juventud.

Entonces sonríes al espejo; le sonríes a tu vida, te secas y te vas.

Foto: laarquitecturadetushuesos.files.wordpress.com

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